Supe que el invierno se había terminado cuando ya no noté tu fragancia en mi espalda al abrazarme, ni tampoco el calor de tus manos tapando y abrigando las mías en las frías noches de Octubre.
Todo eso se esfumó.
A pesar de todo, continué allí, en el banco de siempre esperando a que volvieses.
Describir un día contigo me costaría mil líneas,
mil veces pensarte,
mil veces sonreír al hacerlo.
No puedo olvidarme de tu perfume,
siempre fue mi debilidad tu olor,
tu esencia.
Tanto, que cuando te fuiste
todas mis sábanas quedaron tristes y celosas,
no querían desacerse de ti
y yo... tampoco.
La manera de fundir el cigarro en tu boca,
el relieve de tus venas en tus brazos,
tus camisas (que yo raptaba y no pedía recompensa)
o tu café, aún puedo olerlo por las mañanas.
Tu manera de mirarme al amanecer juntos
y susurrarme ese:
''Buenos días enana, ¿quién prepara el desayuno?''
Y siempre lo preparabas tu,
con tus famosas tostadas con mermelada.
La chupa de cuero, por dios,
era verte con ella
y sentir celos de lo bien que te veías a su lado.
¿Qué eras tú sin tu chupa? ¿qué sería Tom sin Jerry?
¿o Kate Winslet sin Leonardo Dicaprio en Titanic?
Podría seguir con las mil líneas,
pero en realidad...
quiero reservarte para mi,
al menos, un poquito.
Todo eso se esfumó.
A pesar de todo, continué allí, en el banco de siempre esperando a que volvieses.
Describir un día contigo me costaría mil líneas,
mil veces pensarte,
mil veces sonreír al hacerlo.
No puedo olvidarme de tu perfume,
siempre fue mi debilidad tu olor,
tu esencia.
Tanto, que cuando te fuiste
todas mis sábanas quedaron tristes y celosas,
no querían desacerse de ti
y yo... tampoco.
La manera de fundir el cigarro en tu boca,
el relieve de tus venas en tus brazos,
tus camisas (que yo raptaba y no pedía recompensa)
o tu café, aún puedo olerlo por las mañanas.
Tu manera de mirarme al amanecer juntos
y susurrarme ese:
''Buenos días enana, ¿quién prepara el desayuno?''
Y siempre lo preparabas tu,
con tus famosas tostadas con mermelada.
La chupa de cuero, por dios,
era verte con ella
y sentir celos de lo bien que te veías a su lado.
¿Qué eras tú sin tu chupa? ¿qué sería Tom sin Jerry?
¿o Kate Winslet sin Leonardo Dicaprio en Titanic?
Podría seguir con las mil líneas,
pero en realidad...
quiero reservarte para mi,
al menos, un poquito.
"Quiero reservarte para mi" como clave de la vida y de los secretos bonitos.
ResponderEliminarNos leemos pronto, Belén.
Siempre apasionante leer-te.
Abrazos lunares,
M.
Mi pequeña Moon y sus pedacitos de alegría en cada comentario...
EliminarEres un tesoro,
solo espero que (si no lo han hecho ya)
te descubran pronto.