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Mostrando entradas de julio, 2014

Mi gélido invierno

Días como estos, donde reina la lluvia y muere el sol, recuerdo el puto invierno. Lo peor de todo es que ya no podré recordarlo como un simple invierno más, como una estación cualquiera del año a la cual nos adaptamos con bufandas y chocolates calientes. No puedo hacer que me sea indiferente tenerte presente en cada gota de lluvia que cae por mi ventana. No puedo lograr mirarte sin apartar la mirada, tus ojos se me clavan como puñales y la sangre gotea demasiado. No se ni como limpiarla. No quiero limpiarla. En días como este, donde el silencio me atrapa, me dejo atrapar. De tal manera que en cada poro de mi cuerpo   se respira el suave aroma a esta estación. ¿Lo recuerdas? Yo me acuerdo.  Pagaría por que al menos una vez al día te acordases de aquellos días fríos y débiles . Y no, no me describo a mi, describo al tiempo.   Recuerdame por lo que era a secas, no por lo que era cuando estaba contigo, de esa forma solo estaba atrapada a ti, y realmente era otra persona. Recuerdame

Bonitas heridas

Bonitas heridas las nuestras. Invadíamos cada vacío juntos, haciendo que tus miedos y fracasos se unieran  a los míos  , creando una fuerza extraña que a pesar  de los años, del tiempo o de lo vivido, no se apagaba. Tú seguías en mis heridas , clavadas con el dolor inmerso que causaban, como yo a las tuyas,   las más frías y débiles   del planeta .  Aún recuerdo esas noches calurosas y húmedas de agosto, donde se nos consumía el cigarro, o el cigarro nos consumía a nosotros, no lo sé . Donde el tiempo se paraba  solo para escuchar nuestras voces, el aire nos ahogaba y las sonrisas nos unían, aquel verano fue un antes y un después entre lo bueno y lo que jamás se olvida. No pude hallar la manera de parar aquello , ese instante donde el fuego no quemaba, si no que nos iluminaba de la oscuridad de tu casa desordenada y gris. Donde el silencio no era malo, si no que ayudaba a que nuestros labios se uniesen con más facilidad y encanto. Todo era distinto. A partir de