Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2015

La droga y sus vueltas

Nos sentamos allí los dos , sin decir ni una sola palabra. La noche estaba más espesa de lo normal, tu mirada perdida, la mía intentando encontrarla . En aquella terraza con vistas a toda la ciudad nos habían dejado solos. No quedaba nadie vagando a las tres de la mañana, solo tú y yo y lamentablemente los vicios . Te hice un gesto con la mano para que me alcanzaras tu mechero, pobre piedra desgastada. Pasaron cinco segundos y me diste tu arma, al hacerlo nuestras manos una vez más, -de tantas- se unieron como si no se hubieran olvidado . Y no, no lo habían hecho. Los dos apartamos la mano con rapidez. Adolescentes, tan impredecibles  e indecisos. Apenas te reconocía, habías cambiado muchísimo  desde la última vez que te vi. Ya eras todo un hombre disfrazado de Peter Pan queriendo conocer a Wendy . Ahora no jugabas, fumabas , ahora no tragabas, escupías cabizbajo , ahora no soñabas, te consumías . No sé que pretendías, la droga no iba a mi

Bares, sábanas y una gata romántica

Estoy sentada en el suelo,  precisamente en mi habitación, nuestro -por entonces- nido de donde  a veces, o no tan a veces, quisimos volar. Sigo intentando sacar de mi pecho tu vacío, supongo que mis cigarros se ocuparán de ello. Deben hacerlo. Me tengo que arreglar,  intentar peinar este desorden, decorar tus labios con algún pintalabios  (porque fueron tuyos, y lo seguirán siendo siempre) ir al bar de la esquina, tomar un trago, o dos, o tres, y llorar, despedirme en silencio de tu voz, o del olor de mis sábanas cuando dormías aquí conmigo, y si me preguntan cual es mi lugar favorito de la cama, les responderé que eres tú. Como los gatos, que se van a un mismo sitio cada noche, sin importar las circunstancias, yo me sentía gata yendo a observar a mi luna, y no hace falta decirlo  -pero lo hago- eras tú mi absurda luna. Y volvería a visitarte cada madrugada, cada noche donde los callejones dieran miedo, o donde las estrellas brillasen tanto que no fu

Rastros de ti

La cama está desecha y no es por nuestra culpa , no me veo despeinada  y tu espalda se ha quedado sin caricias. Los cigarros aún están en la caja, no hemos compartido ninguno . Hoy la lluvia no se siente como antes. Los cafés me saben más amargos, y en las películas clásicas de domingos hay anuncios. Las cenas de pizza fría y cervezas han desaparecido, y también mis ganas de dormir siestas sin compañía . En mi piso ya no se escucha  ninguna guitarra romántica sonando por las noches, buscando a alguna enamorada. Siento el frío más doloroso  sin nadie que encaje sus manos en las mías , que sin ser de mi propiedad, hice que lo fueran. Ahora apenas hago la cama, no está desecha. Fumo más, pienso menos. Cuando llueve duermo,  y ya no tomo café. Ya no quiero ver el final de las películas, me duermo sin más a mitades. Las cervezas las guardé en el congelador, ya no escucho canciones donde aparezcan guitarras de fondo, y lamentablemente, uso más guantes