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Mostrando entradas de diciembre, 2016

Invierno

Supongo que el invierno no es bueno para muchos, que el frío cala sus corazones y sus almas, y el cansancio les pesa el doble en los hombros. En mi caso el invierno me helaba los miedos, echaba atrás a mis demonios y me acariciaba las costillas todas las noches. Ese invierno del que os hablo se personificó en el que me hacía cafés con doble de azúcar, el que me tapaba los pies cuando soñaba con huracanes, y el que me despeinaba las mañanas con tan solo mirarme a los ojos. Ese invierno del que os hablo llegó y desbordó de lluvia mis mares, yo como una niña jugaba a acariciarle las venas de las manos y a sentir que podía nadar en ellas. Me adornó de pequeñas luces la silueta, me abrigó las inseguridades, y poco a poco, le hice amar la lluvia. El viento que cruje dentro de mi, me llena, y me acaricia.