Ir al contenido principal

Ya no



Ya no tiene sentido escribir por las noches
ni destapar una Heineken de madrugada,
tampoco fumar por las tardes,
ni sonreír por las mañanas.

De qué me sirve escribir,
si el único motivo y línea por línea 
llevaban tu nombre,
-y hasta todas tus huellas-.

De qué consuela, beber cerveza
cuando ya no hay compañías 
que la hagan menos amarga.

Dime de qué me sirve,
inhalar un Malboro por las tardes,
cuando ni siquiera te tengo 
para hacerlo a mitades.

Sonreír dices,
y qué es eso si cada vez que te pienso 
es un verso más, y un beso menos.

La luz del túnel es tenue,
pero no oscura.
Y tengo ganas de salir del pozo
en el que me metí yo solita
al conocerte.



O,
al creer conocerte.




Untitled | via Tumblr



Comentarios

  1. "qué es eso si cada vez que te pienso
    es un verso más, y un beso menos."

    Qué bonito qué bonito.
    Y la música de fondo.
    Y la imagen.
    Y el diseño.

    Me duele el alma de lo bonito que es.
    Mucho amor.

    Fénix.

    ResponderEliminar
  2. Pero cómo puedes ser tan y tan bonita!
    Te agradezco tantísimo que siempre estés,
    que siempre me acompañes en cada entrada...
    qué sería de mi sin tus opiniones y tus palabras.

    Gracias por estar.
    Qué bonito verbo.

    Besos y abrazos gigantes♥

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

La droga y sus vueltas

Nos sentamos allí los dos , sin decir ni una sola palabra. La noche estaba más espesa de lo normal, tu mirada perdida, la mía intentando encontrarla . En aquella terraza con vistas a toda la ciudad nos habían dejado solos. No quedaba nadie vagando a las tres de la mañana, solo tú y yo y lamentablemente los vicios . Te hice un gesto con la mano para que me alcanzaras tu mechero, pobre piedra desgastada. Pasaron cinco segundos y me diste tu arma, al hacerlo nuestras manos una vez más, -de tantas- se unieron como si no se hubieran olvidado . Y no, no lo habían hecho. Los dos apartamos la mano con rapidez. Adolescentes, tan impredecibles  e indecisos. Apenas te reconocía, habías cambiado muchísimo  desde la última vez que te vi. Ya eras todo un hombre disfrazado de Peter Pan queriendo conocer a Wendy . Ahora no jugabas, fumabas , ahora no tragabas, escupías cabizbajo , ahora no soñabas, te consumías . No sé que pretendías, la droga no iba a mi

El mejor momento del día

Las manos me vibran, siento cosquilleos en mis dedos, en mi pecho siento voces susurrándome tu nombre. Mis pupilas se abren, y mis orejas escuchan. En ese preciso momento me miras. Me miras con tus ojos negros, marrones, qué sé yo. Una mirada penetrante que me hunde, pero que a la vez, consigue hacer que me escape de cualquier parte del mundo. Yo te devuelvo la mirada, una mirada tonta, pícara, insegura. No se si en ese instante lo notas, pero estoy sonriendo como una tonta mientras tú, tú sigues igual de intrigante, de soñador. Bajo la mirada, supongo que por nervios, por compromiso, por ganar confianza, como si el suelo fuera una consulta de atención al cliente, como si el pavimento gris y frío fuera a decirme algo, o darme algún consejo de como mirarte tres segundos seguidos sin desviar la mirada . Te acercas. Mi corazón acelera, pierdo la noción de mi pulso, y mis mejillas empiezan a ruborizarse. Necesito respirar. Insisto en esa técnica varias veces, y me tranquilizo. Y llega el