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El arte de pint(fum)ar

¿Sabes qué? Me fumaré mil cigarros más si hace falta. Siete mil caladas profundas al alma si quiero, porque de algún puto modo tendré que llenar el vacío que tengo.
Mi vida sufre pozos, y de eso se trata ¿sabes? y creo que no te entra en la cabeza que hay problemas mucho más graves que la nicotina entrando en mis pulmones.
Mis lágrimas desteñidas color negro saben de que hablo.
Pero claro, que vas a saber tú, si no estuviste cuando más me hacías falta, cuando mis sábanas entendían mi cansancio y mis tazas de café calmaban a mis ojeras, cuando el cielo estaba radiante y en mi mirada solo quedaban tonos grises.
Y mientras te escribo estas líneas adivina que, un Malboro se posa sobre mis labios finos, fiel compañero enemigo


Debes estar lejos, por Suiza, Canadá, o en Brasil, quién sabe, tu ausencia se completó con humo, tu gran villano favorito.
Sé cuanto odiabas que fumase, y por esa razón hoy en día sigo en este vicio, puse en una balanza qué es mejor, si sufrir olvidándote, o pinturrajear mis pulmones de algún tono diferente.
No hace falta que te diga que opción elegí. Siempre se me dio bien pintar.



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