Pude hacer que tus defectos se unieran a los míos. Pude conseguir que tu aliento chocase contra el mío fundiéndolos el uno con el otro.
Rocé el cielo contigo, incluso creo que llegamos a la luna juntos, y sí, es cierto, el trayecto se me hizo muy corto, te quiero más que eso.
Pude hacer que tus manos encajasen a la perfección con las mías. Que tus sábanas necesitasen mi aroma. Que tu pelo revuelto quisiera que mis caricias lo calmasen. Y no solo acaricié tu pelo, llegué a acariciar tu alma. Eso sí, con la mano izquierda. Con la derecha era mucho pedir. Sintiendo tus llantos silenciosos. Esos que nadie conocía. Esos que nadie escuchaba.
Busqué en ellos respuestas a porqué tu vida era una gran mentira. Una farsa envuelta en papel maché. Envuelta en sonrisas falsas y provocadas por años de práctica.
Tú y tu capucha inmersa de nostalgia.
La verdad, pude conseguir cosas que otras jamás consiguieron. Quizás no fui la mejor en nada de lo que te ofrecí, pero sí fui única en todos los sentidos. Más que nada porque fui la única que te conocí. Y conocer, es una palabra bastante amplia, bastante importante.
Yo conocí tus gestos y manías. Tus rompecabezas más agudos. Hasta tu falta de sueño por las noches. Tu afición a mirar a la gente por la ventana. O tu gran habilidad con los niños menores de 5. (Los dos sabemos que de 5 hacia arriba se te resistían).
También tu querida adoración a los grupos de música que nadie comparte o entiende. O tu gran entusiasmo por lo desconocido o lo que asusta. Tu valentía hacia lo más oculto. Y sobretodo, tu manía a pasar desapercibido entre tanta multitud.
Lo sabía todo de ti.
Y desgraciadamente, tú lo sabías todo de mi, la cual cosa, jugó en mi contra. Sabías como olvidarme, como encontrarme o como fundirme. Me conocías más a mi de lo que yo jamás pude hacerlo.
Rocé el cielo contigo, incluso creo que llegamos a la luna juntos, y sí, es cierto, el trayecto se me hizo muy corto, te quiero más que eso.
Pude hacer que tus manos encajasen a la perfección con las mías. Que tus sábanas necesitasen mi aroma. Que tu pelo revuelto quisiera que mis caricias lo calmasen. Y no solo acaricié tu pelo, llegué a acariciar tu alma. Eso sí, con la mano izquierda. Con la derecha era mucho pedir. Sintiendo tus llantos silenciosos. Esos que nadie conocía. Esos que nadie escuchaba.
Busqué en ellos respuestas a porqué tu vida era una gran mentira. Una farsa envuelta en papel maché. Envuelta en sonrisas falsas y provocadas por años de práctica.
Tú y tu capucha inmersa de nostalgia.
La verdad, pude conseguir cosas que otras jamás consiguieron. Quizás no fui la mejor en nada de lo que te ofrecí, pero sí fui única en todos los sentidos. Más que nada porque fui la única que te conocí. Y conocer, es una palabra bastante amplia, bastante importante.
Yo conocí tus gestos y manías. Tus rompecabezas más agudos. Hasta tu falta de sueño por las noches. Tu afición a mirar a la gente por la ventana. O tu gran habilidad con los niños menores de 5. (Los dos sabemos que de 5 hacia arriba se te resistían).
También tu querida adoración a los grupos de música que nadie comparte o entiende. O tu gran entusiasmo por lo desconocido o lo que asusta. Tu valentía hacia lo más oculto. Y sobretodo, tu manía a pasar desapercibido entre tanta multitud.
Lo sabía todo de ti.
Y desgraciadamente, tú lo sabías todo de mi, la cual cosa, jugó en mi contra. Sabías como olvidarme, como encontrarme o como fundirme. Me conocías más a mi de lo que yo jamás pude hacerlo.
Sabías como olvidarme, encontrarme o fundirme. |
Jo, si es que esto esta hecho para leer en formato susurro.. O en cualquiera de ellos.
ResponderEliminarQue es mejor que la poesía, y ya es decir.
Lo de la mano izquierda me ha llamado mucho la atención, y jo, que lo hace tan único que me emociono.
Magia. Esto es magia, de verdad. No me cansaré de decírtelo.
Ojalá más sábanas en busca de aromas que no sean el suyo propio, y más manos que encajen a la perfección. (O que no, y choquen, Si total, no se que es más bonito).
Sigue escribiendo cosas como esta, que me alegras la vida, y lo que no es vida.
Muchos abrazos, olor cereza y sonido a cuerdas de guitarra,
Moon.
Increíble es esto. Palabras como estas de alguien a quien apenas conozco. De verdad me has dejado enmudecida. Y eso en mi es mucho. Muchísimas gracias por todas tus dulces palabras. Sabes que admiro lo que haces y como lo transmites, así que si tú no lo dejas, yo no lo dejaré tampoco. Espero seguir viéndote por este sitio.
ResponderEliminarTe lo repito: GRACIAS.
Un besito enorme, y otro abrazo con olor a vainilla.
PD: Seguro que tú acariciarás el alma de alguien pronto (si no lo has hecho ya) y (con la mano izquierda)♥