Ir al contenido principal

No quería que esto pasara.

Sé que quizás esto de escribir no plasme con exactitud todo lo que una persona puede sentir o llegar a vivir en un momento. Desde las sonrisas hasta el mejor beso. Como si esta simple pantalla pudiera plasmar todo aquello. Imposible. Nuestras idas y venidas, o esas tardes-noches en las que pasábamos horas hablando con las manos agarradas y apretadas bien fuerte. Lo curioso es que tú creías que era por el frío, pero yo apretaba con fuerza porque no quería perderte. No quería que te fueses de mi lado. Y me jode tener que asumir que esas tardes ya no volverán a realizarse más. Me jode también asumir que las cosas cambian y que nada es lo que fue, que la gente viene y va y que nada es eterno. Quizás la culpa es nuestra, por no luchar por lo que queremos, por no abrir los ojos. Pero, siendo sinceros hay que ser conscientes de que hay cosas que no pueden ser. Aún así, sigo contando los días que llevo sin abrazarte, y lo peor de todo es que no puedo contar los días que quedan para volver a hacerlo, porque sé que todo está perdido. En la lejanía se esfuma. Aprendí más del amor cuando te fuiste, que todo el tiempo que estuviste. 
Intento evadirme en otras personas, pero después de ti, nadie me ha besado como tú, nadie a sabido acariciarme en la espalda como tú lo hacías cuando no podía seguir adelante. Nadie pudo encontrar cosas en mi, tan profundas o sinceras. Nadie supo callar mi sed a tristeza. Nadie como tú cambió mi vida de una manera indescriptible. Y qué hacer cuando todo gira entorno al mismo sentido. Al mismo dilema. 
Borrando todo, lo cierto es, que espero que te vaya mejor sin mí, de lo que me va a mí sin ti. 

Que tus ojos se centren en el futuro. En tu futuro. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ya no

Ya no tiene sentido escribir por las noches ni destapar una Heineken de madrugada, tampoco fumar por las tardes, ni sonreír por las mañanas. De qué me sirve escribir, si el único motivo y línea por línea  llevaban tu nombre, -y hasta todas tus huellas-. De qué consuela, beber cerveza cuando ya no hay compañías  que la hagan menos amarga. Dime de qué me sirve, inhalar un Malboro por las tardes, cuando ni siquiera te tengo  para hacerlo a mitades. Sonreír dices, y qué es eso si cada vez que te pienso  es un verso más, y un beso menos. La luz del túnel es tenue, pero no oscura. Y tengo ganas de salir del pozo en el que me metí yo solita al conocerte. O, al creer conocerte.

Grandes esperanzas

Como el cigarro después de follar y fallar. Como cuando me acaricias los tatuajes y me miras, queriendo entrar en todos mis rincones, en todas mis heridas, y en todos mis precipicios. Jamás nos curábamos juntos, pero nos destruiamos de la mano y dicen que el sufrimiento  -al igual que los vicios- compartidos se llevan mejor. Como cuando me desabrochas el sujetador conociendo todas mis costuras. Sonríes y haces que mi alma vibre, que mi aliento falte,  y que mi mirada te engulla. Como cuando me siento pájaro volando en tu pecho, en tu almohada y en tus sábanas, buscando siempre un pedacito de tu cielo. Como quererte un sábado por la noche, o un miércoles por la mañana. Como quererte  a secas, más que a mil lluvias.

La letra más bonita del abecedario

Hoy he encontrado tiempo para mi, como solías decirme que hiciera. Y adivina qué, estoy pensando en ti. Aquí solo huele a colillas  muertas en el cenicero. A café recién hecho y a tu perfume, -y ni siquiera has estado aquí-. Sé que te habrán escrito mil poemas, de noche o de día, recitados o guardados en cajones; pero aún así quiero que (me) leas. A susurros con voz dulce y suave, y que cuando termines, cierres los ojos. Que los aprietes tan fuerte, que puedas sentirme a tu lado cogiéndote la mano y sabiendo, que jamás estarás sola. Para ti, H : Como H ,  no suenas, ni explotas, ni cantas, ni te expresas. Como H , no ríes, no lloras, no te quejas. Como H , jamás sabremos que es lo que escondes. Bueno, ilusos. Todos menos yo. Te conozco y te conocía a la perfección. Esa manía tuya de querer sentirte libre, de querer escribir un libro y que te leyesen, que entrase