Brindemos por aquellos momentos perfectos.
Por coger la manta y taparnos en un día de invierno. Por tomar una taza de café o chocolate caliente en un día de otoño. Por disfrutar de una brisa cerca del mar. Por acariciar a un perro y sentir su suave pelaje. Brindemos por la sensación de escuchar una canción y que te transmita más que mil palabras. Un brindis por esos silencios que matan, y que transforman miradas en besos interminables. Brindemos también por el futuro, una caja de sorpresas que nos invadirá de aquí a unos años.
Por el sonido de las olas, chocar contra las enormes rocas. Por la dulce voz de tu madre, despertándote por las mañanas. Brindemos también por el olor a verano, esa fragancia a libertad que tanto nos encanta a los adolescentes.
Por las noches de fiestas, de bailes y de risas. Esas noches que pasan a ser historias que contarles a tus hijos años y años más tarde.
Otro brindis por esas miradas que se encuentran, esas miradas que por casualidad se unen, y los mofletes rojos nos delatan.
Por el placer de meterte en la ducha y cantar una maratón de tus canciones favoritas. Por el placer de comerte el último helado del verano.
Vamos, seguimos brindando. Brindemos por que algún día, algún día lejano y a la vez próximo, nuestra felicidad aumente por momentos.
Brindemos por la vida, que nos ha quitado y nos ha dado tanto.
Brindemos por ti, por esa sonrisa que alumbra a más personas de las que crees.
Un brindis, por ti y por mi. |
hay que disfrutar de las pequeñas cosas que te regala la vida!
ResponderEliminarY que lo digas!:)
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