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Vuelvo despacio.

Hace semanas y semanas que no escribía nada. Muchas semanas sin poder desahogarme. (Problemillas técnicos) Ahora pongo un poquito de todo. Un poco de mis pensamientos a las 21:30h de la noche. Espero que os guste.

No, no me gustan las promesas falsas. Esos para siempre rotos y dañados. Esas miradas vacías y sin sentido alguno hacia el horizonte. No me gustan los saludos por compromiso y las sonrisas forzadas. No me gustan tus palabras porque son tuyas, persona indescifrable llena de mentiras. 
Detesto los comienzos, parece todo tan bonito que da la sensación de que nunca vaya a acabarse. Odio las mariposas en el estómago. Por mi, ya se pueden ir yendo. 
Todo tiene un precio. Y mis sentimientos no iban a ser menos. Una coraza envuelve mi interior. -Espero no ser a la única que le pase.- El miedo y la desconfianza a la gente, a mi entorno, a mis sensaciones, me puede. Y quieras o no hace un vacío inmenso dentro de mi. 
Noches y noches he vivido en sueños, he caminado en océanos llenos de palabras vacías y he luchado contra promesas sin fundamento. Pero, una vez vuelves a despertarte, y la realidad choca contra tu cara revelándote los peores presagios, sigues ahí, a las 4 de la mañana, en tu habitación a oscuras. 
¿Y qué si mañana ya no continúas como siempre? ¿Y qué si tu vida da un giro de 180º? No te cuestiones tu vida, vívela. Que te hagan reír los: 'y fueron felices y comieron perdices, porque realmente si fuera verdad, las historias felices no tendrían final. 
Enfádate al oír que no conseguirás lo que te has propuesto, al menos has dado un paso más que ellos: proponertelo. 


Camino a tu lado, pero no te das cuenta.


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Ya no

Ya no tiene sentido escribir por las noches ni destapar una Heineken de madrugada, tampoco fumar por las tardes, ni sonreír por las mañanas. De qué me sirve escribir, si el único motivo y línea por línea  llevaban tu nombre, -y hasta todas tus huellas-. De qué consuela, beber cerveza cuando ya no hay compañías  que la hagan menos amarga. Dime de qué me sirve, inhalar un Malboro por las tardes, cuando ni siquiera te tengo  para hacerlo a mitades. Sonreír dices, y qué es eso si cada vez que te pienso  es un verso más, y un beso menos. La luz del túnel es tenue, pero no oscura. Y tengo ganas de salir del pozo en el que me metí yo solita al conocerte. O, al creer conocerte.

Grandes esperanzas

Como el cigarro después de follar y fallar. Como cuando me acaricias los tatuajes y me miras, queriendo entrar en todos mis rincones, en todas mis heridas, y en todos mis precipicios. Jamás nos curábamos juntos, pero nos destruiamos de la mano y dicen que el sufrimiento  -al igual que los vicios- compartidos se llevan mejor. Como cuando me desabrochas el sujetador conociendo todas mis costuras. Sonríes y haces que mi alma vibre, que mi aliento falte,  y que mi mirada te engulla. Como cuando me siento pájaro volando en tu pecho, en tu almohada y en tus sábanas, buscando siempre un pedacito de tu cielo. Como quererte un sábado por la noche, o un miércoles por la mañana. Como quererte  a secas, más que a mil lluvias.

La letra más bonita del abecedario

Hoy he encontrado tiempo para mi, como solías decirme que hiciera. Y adivina qué, estoy pensando en ti. Aquí solo huele a colillas  muertas en el cenicero. A café recién hecho y a tu perfume, -y ni siquiera has estado aquí-. Sé que te habrán escrito mil poemas, de noche o de día, recitados o guardados en cajones; pero aún así quiero que (me) leas. A susurros con voz dulce y suave, y que cuando termines, cierres los ojos. Que los aprietes tan fuerte, que puedas sentirme a tu lado cogiéndote la mano y sabiendo, que jamás estarás sola. Para ti, H : Como H ,  no suenas, ni explotas, ni cantas, ni te expresas. Como H , no ríes, no lloras, no te quejas. Como H , jamás sabremos que es lo que escondes. Bueno, ilusos. Todos menos yo. Te conozco y te conocía a la perfección. Esa manía tuya de querer sentirte libre, de querer escribir un libro y que te leyesen, que entrase