Esa noche dormías en mis piernas,
nunca las sentí tan felices.
Notaba tu respiración,
tan lenta, tan tuya.
Cosquillas gracias a tu barba
mal afeitada
y un puñado de pulsaciones
matándome a nervios.
A partir de ese día,
te conocí a la perfección.
Gracias a mi máster de observación
hacia tu espalda y tus costillas.
Cual de todas ellas mi favorita.
Tus brazos eran el mejor lugar
para vivir,
o para morir,
cualquiera de las dos opciones
me entusiasmaba.
Y puede que mañana despiertes,
puede que te vistas rápido y te vayas,
o puede que te quedes cinco minutos más
mirándome como un crío.
Puede que mañana me quieras un poquito más,
o más, a secas.
nunca las sentí tan felices.
Notaba tu respiración,
tan lenta, tan tuya.
Cosquillas gracias a tu barba
mal afeitada
y un puñado de pulsaciones
matándome a nervios.
A partir de ese día,
te conocí a la perfección.
Gracias a mi máster de observación
hacia tu espalda y tus costillas.
Cual de todas ellas mi favorita.
Tus brazos eran el mejor lugar
para vivir,
o para morir,
cualquiera de las dos opciones
me entusiasmaba.
Y puede que mañana despiertes,
puede que te vistas rápido y te vayas,
o puede que te quedes cinco minutos más
mirándome como un crío.
Puede que mañana me quieras un poquito más,
o más, a secas.
Comentarios
Publicar un comentario