sin gastar ni un céntimo de mi cartera,
me matas
sin necesidad de gastar ninguna bala,
y me quemas
como mechero a cigarro impaciente.
Estoy sentada aquí
en medio de la nada,
en un tejado roto sin gatos maullando,
solo mi sombra me sigue,
el tabaco traicionero me acompaña
pero consigue matarme a la vez.
Caigo y vuelvo,
pienso en ti y en tu camisa
y en las veces que adoraba quitártela.
Para que engañarnos,
la noche se presenta muy solitaria
y adornarla con tu recuerdo
nunca fue mala idea.
El humo entra lento por mis pulmones,
yo de mientras me recuesto,
de golpe un frío aire recorre mi espalda
y maldigo mi suerte y a la vida,
por no tener suficiente con quitarme tu presencia
y helarme por dentro y también por fuera.
Me encanta!! Escribes realmente bien. Te invito a que te pases, http://13segundosdevida.blogspot.com.es
ResponderEliminarUn abrazo!
Muchísimas gracias!!! será un placer visitar tu blog, tendrás noticias mías, un abrazo!
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